Este lunes al mediodía en el Cementerio de la Chacarita se iba a hacer una visita programada, pero habían cambiado los candados del ingreso, por lo que se frustró la actividad.
Este lunes 11 de diciembre al mediodía, los seguidores de Carlos Gardel iban a visitar su bóveda, ubicada en el Cementerio de la Chacarita, en nuestra Comuna 15, para evocar su nacimiento. Sin embargo, no pudieron hacerlo, porque alguien cambió el candado de ingreso días antes de esta actividad.
Este hecho hizo resurgir la rencilla interna que existe entre gardelianos. Edith Beraldi encabeza un grupo que desde 2016 puso en valor los féretros de Gardel y su madre Berta y acordó hacer visitas públicas los 11 de diciembre y 24 de junio (aniversario de nacimiento y muerte, respectivamente).
Al ver frustrada la actividad de este lunes, Beraldi cargó contra un miembro de la comunidad gardeliana y dijo que fue el responsable de cambiar el candado unos días antes del aniversario. “Había personas de Brasil, Uruguay, Colombia y Francia que viajaron expresamente para llegar en esta fecha, como también gente muy mayor con discapacidades motoras que no pudieron ingresar a rendirle respeto a Gardel y Berta, como lo hicieron el 24 de junio y el 11 de diciembre pasado”, lamentó al respecto.
Beraldi cargó contra el Presidente del Centro de Estudios Gardelianos de cambiar el candado sin aviso: “Le priva a toda la gente, por capricho y maldad, la emoción y el derecho de ingresar, sólo porque se cree el dueño del mausoleo, el dueño de Gardel”.
Los seguidores de Gardel ya habían tenido un contrapunto a mitad de año, cuando reabrió la Casa Museo Carlos Gardel, en Jean Jaurés y Zelaya, en el Barrio de Balvanera, en la Comuna 3. Beraldi junto a varios vecinos y seguidores tangueros hicieron protestas por la remodelación. Señalaban que se habían removido elementos históricos y se había perdido la recreación de época del inmueble, ambientada entre los años 20 y 30.
Por su parte, referentes gardelianos consultados por el Ministerio de Cultura porteño y la Casa Museo afirmaban que la reforma permitía plasmar el legado de Gardel de una forma dinámica, moderna y ordenada.