Fue honrado en la Legislatura porteña por su labor pastoral, interreligiosa, mediática y social en la Ciudad de Buenos Aires, donde nació y ejerce el sacerdocio católico desde hace 28 años.
“Tenés perfil urbano, vas a ser más útil acá” le dijo el entonces monseñor Jorge Bergoglio a Guillermo Marcó, hace 24 años, cuando el muy joven sacerdote pretendía ser destinado a alguna parroquia “de algún pueblito del interior”. Fue así como el presbítero que había nacido, estudiado y hecho el servicio militar en la Ciudad de Buenos Aires, nunca se fue de ella hasta nuestros días.
La anécdota la recordó el propio cura después de haber recibido el diploma de “Ciudadano Ilustre de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, a los 58 años de edad y tras 28 años de sacerdocio católico. La ceremonia fue realizada en el salón Dorado Hipólito Yrigoyen de la Legislatura porteña, que lo invistió por ley de tal distinción.
Por eso, el padre Marcó comenzó por “agradecer a la Ciudad, porque aquí nací y siempre he amado a Buenos Aires”; siguió agradeciendo a sus padres: “mi padre, de quien aprendí el amor al Río de la Plata, y mi madre, que me enseñó la fe católica” y continuó así una larga nómina de reconocimientos que culminó en “Dios, porque nada sería si Él no se hubiera fijado en mí”.
En un salón colmado de destacadísimas personalidades de los ámbitos religioso, político, académico, social, empresarial, estudiantil, filantrópico e intelectual, el padre Marcó sostuvo que “Dios ha hecho fecunda mi vida pastoral” y mirando a los presentes les dijo: “Con cada uno de ustedes tengo una historia y un vínculo”.
El acto comenzó con las palabras de bienvenida del Vicepresidente Primero de la Legislatura, Francisco Quintana, y de la ex en ese cargo y actual Diputada de la Nación Carmen Polledo. La lista de oradores continuó con el ex canciller Adalberto Rodríguez Giavarini, el rabino Daniel Goldman, representantes de la Pastoral Universitaria de la Ciudad, y el legislador y dirigente musulmán Omar Abboud.
Participaron también los diputados porteños Lía Rueda, Carolina Estebarena y María Luisa González Estevarena (todas de Vamos Juntos) y el Secretario de Culto de la Nación, Santiago de Estrada, entre otras autoridades.
El rabino Goldman (otro porteño Ciudadano Ilustre) comentó que “cuando lleguemos al Cielo, Dios nos va a hacer preguntas” e imaginó que tres de los principales interrogantes podrían ser: “1- ¿dedicaste tiempo para estudiar, aprender y enseñar?; 2- ¿te ocupaste de tu sociedad? y 3- ¿te comportaste con integridad?”.
El dignatario hebreo se explayó sobre las preguntas y tras hacer caracterizaciones del homenajeado fue respondiendo positivamente, en su nombre, a cada interpelación. “Estamos todos aquí –concluyó Goldman– para dar el testimonio afirmativo de tu integridad”.
El dirigente islámico Abboud, por su parte, dijo de Marcó que “es dignísimo merecedor” de la ciudadanía ilustre, ponderó “los veinte años de camino recorrido con el diálogo interreligioso” y aseguró: “Guillermo es un ser eminentemente valiente, que dice la verdad y ha sufrido por decir la verdad”.
Sobre el final, el padre Marcó recordó que Buenos Aires fue originalmente bautizada como “Ciudad de la Santísima Trinidad y puerto de Santa María del Buen Aire” y por eso pidió a los jóvenes del coro de la Pastoral Universitaria San Lucas -que él dirige- que interpretaran dos canciones, dirigidas al Espíritu Santo y a la Virgen María. Con esos cánticos concluyó el acto de homenaje.
Breve semblanza
El padre Guillermo Marcó nació el 29 de enero de 1960 en Buenos Aires. Estudió en el Colegio San Agustín, luego cursó hasta tercer año de la carrera de Arquitectura en la UBA y dejó en 1983 para ingresar al Seminario Arquidiocesano de Villa de Devoto. Fue ordenado sacerdote el 17 de noviembre de 1990, año en el que también recibió el diploma de honor en Teología (UCA).
Por pedido de Jorge Bergoglio, organizó la oficina de prensa del Arzobispado y fue ocho años portavoz público de entonces cardenal y hoy Papa Francisco. Actualmente es párroco de San Lucas, la parroquia universitaria, director del Servicio de Pastoral Universitaria, y presidente de la Fundación San Lucas, además de copresidente del IDI (Instituto para el Diálogo Interreligioso, junto al rabino Daniel Goldman y al dirigente islámico Omar Abboud).
Experimentado en comunicación, tuvo y tiene intensa presencia mediática. Con el periodista Sergio Rubín fue creador y es director del suplemento Valores Religiosos del diario Clarín; publica colaboraciones en el diario La Nación y hasta fines de 2017 conducía por televisión el programa Confesiones, junto a Guillermo Marconi.
Publicó dos libros: “Escritos” y “Todos bajo un mismo Cielo”, este último en coautoría con Goldman y Abboud.
El padre Marcó cofundó e integra el Oprenar (Observatorio para la prevención del Narcotráfico) y es miembro del Comité de Ética del Instituto de Biología y Medicina Experimental del Conicet.