Esta iniciativa que se aplica en varios países, tiene como fin compartir libros con sentido comunitario y fomentar la lectura. En la Ciudad de Buenos Aires cada vez hay más.
En el barrio de Villa del Parque, más precisamente sobre la calle Artigas entre Santo Tomé y Arregui, tres muñecos gigantes hechos con mosaicos y venecitas son las puertas de la reciente Biblioteca al Paso Artigas, que los vecinos dieron vida en forma colectiva.
«La idea surgió simplemente de conocer que existía en otras zonas y tratar de replicarla. A la vez, la propuesta surge en un momento de crisis, donde uno siente que sólo no puede, entonces busca estar junto a otros», describe María Inés Gómez Gallo, bibliotecaria e impulsora de la “Biblio de Artigas”.
María Inés encuentra que la riqueza de este tipo de proyectos es múltiple: “Por una parte ese confluir de vecinos que antes apenas se conocían para una construcción colectiva es una de las mejores cosas que nos dio la biblioteca. También sucede que personas que no participaron de la construcción, a partir de que la biblioteca está, se acercan y traen libros o quieren colaborar”.
“Por otro lado, una biblioteca que se ofrece en la vereda desarticula un poco toda la representación de lo peligrosa que es la calle, de lo que no se puede; la propuesta invita a habitar el espacio público, tanto como la literatura, y llama la atención”, continúa María Inés.
En tanto en Parque Chas, en nuestra Comuna 15, se creó la quinta biblioteca de este tipo. La comunidad educativa de la Escuela Nº 27 “Petronila Rodríguez” inauguró, en septiembre pasado, la biblioteca al paso a la que bautizaron “La Petro”, está ubicada en Andonaegui al 1500 entre Constantinopla y Hamburgo.
Esta modalidad se desarrolla en muchos países hace tiempo. En Alemania, por ejemplo, se inició en 2010 a través de la colocación de una biblioteca en la vía pública. En el mundo se han colocado estantes con libros en veredas, calles peatonales, plazas, en la playa o, incluso, en una cabina telefónica, como el caso de New York.
En todos los casos el acceso a los libros es absolutamente gratis, el único requisito es dejar un libro a cambio para que siempre haya artículos de lectura disponibles.
La idea se expandió rápidamente en países europeos, Estados Unidos y en Argentina tiene sus réplicas en ciudades como Corrientes, Chaco, Jujuy, Chubut, San Luis y Santa Fe. Se calcula que hay cerca de 40 mil pequeños libres intercambios en todo el mundo.
Con el objetivo de potenciar e incentivar que sigan floreciendo estos espacios, se creó la Red de Bibliotecas al Paso, que tiene la página en Facebook “Bibliotecas al paso”, donde se puede encontrar un mapa georeferenciado con las bibliotecas de todo el país.