La semana pasada, en la Subsecretaría de Trabajo, Industria y Comercio dependiente del Ministerio de Gobierno de la Ciudad, la Comisión para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (COPRETI), presentó los objetivos a alcanzar en 2019, en la lucha contra esta problemática.
La apertura del encuentro estuvo a cargo de Ezequiel Jarvis, Subsecretario de Trabajo, Industria y Comercio, y actual Presidente de la COPRETI de la Ciudad de Buenos Aires; quien destacó la necesidad de avanzar en inspecciones conjuntas con la Secretaría de Trabajo y Empleo de la Nación.
Cabe destacar que la COPRETI de la Ciudad de Buenos Aires, se conformó en 2012 y se encuentra integrada por el Consejo de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, el Ministerio de Educación, Ministerio de Salud, Ministerio de Justicia y Seguridad, Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat; y la Subsecretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural.
“Este año hemos incorporado, además, el compromiso de la Organización Internacional de Trabajo (OIT), que aporta su perspectiva global; y al sector empresarial y sindical, para fortalecer las campañas de concientización y llevar adelante cursos de capacitación en la temática”, destacó Ezequiel Jarvis.
En este marco y bajo los lineamientos del Plan Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil y Protección del Trabajo Adolescente, se acordaron diversas capacitaciones dirigidas al personal sanitario que se desempeñe en guardias pediátricas, agentes de seguridad que presten funciones en líneas subterráneas, y magistrados, con motivo de la incorporación del delito configurado por el artículo 148 bis al código penal y la escasez de sentencias condenatorias en este sentido.
“El trabajo infantil es un flagelo que vulnera el derecho de los niños y niñas al juego y a la educación. Pone en riesgo su salud y seguridad; al mismo tiempo que compromete su futuro. Porque un chico que no está en la escuela porque está trabajando, será un adulto con dificultades para conseguir empleo”, expresó Ezequiel Jarvis y agregó: “de ahí surge la necesidad de trabajar en forma conjunta entre todos los organismos que integramos la COPRETI, pero además se necesita el compromiso de la Sociedad Civil que realiza un gran aporte denunciando irregularidades que afectan a los menores”.
En esta línea, durante la reunión se establecieron, además, las actividades que se realizarán el 12 de junio (Día Internacional de los Derechos del Niño) y el 20 de noviembre (día en que se conmemora la aprobación de la Convención Internacional de los Derechos del Niño); campañas dirigidas a los vecinos de la Ciudad con el objetivo de combatir la indiferencia, sensibilizar y dar visibilidad a la problemática.
Puesto que durante 2018, la cantidad de denuncias recibidas en la Subsecretaría de Trabajo, Industria y Comercio, fue inferior en relación a años anteriores. En la mayoría de los casos, los trabajos denunciados, estuvieron vinculados a los rubros de verdulería, panadería y supermercados.
Por otro lado, el Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, cuenta además con la línea 102 para recibir denuncias, en aquellos casos en los que los chicos se encuentran trabajando en la vía pública y es más difícil la detección del empleador.
Al respecto, Ezequiel Jarvis aclaró: “si bien es un indicador, la disminución en las denuncias no significa que debamos relajarnos o bajar la intensidad en las tareas de prevención del trabajo infantil”.
Los resultados de la Encuesta Nacional sobre Actividades de niños, niñas y adolescentes (EANA) presentada en noviembre de 2017, durante la IV Conferencia mundial sobre la erradicación sostenida del trabajo infantil, indicaron que, en la Provincia de Buenos Aires, uno de cada 10 niños trabaja. El 3,7% lo hace en actividades de mercado, el 2,8% en actividades de autoconsumo y el 4,3% en actividades domésticas.
“A diferencia de otras regiones del país, como las rurales, en la Ciudad nos encontramos con niños que trabajan en actividades domésticas o emprendimientos familiares. En estos casos, aunque no se trate de tareas remuneradas, debemos trabajar con las familias y velar por los derechos de los niños y niñas”, concluyó Jarvis.