Los comerciantes aseguraron este viernes que van a seguir abriendo sus locales, a pesar de la prohibición oficial para hacerlo.
Los comerciantes del populoso Barrio de Once se rebelan contra la cuarentena y abren sus locales. “Durante toda la cuarentena, los comerciantes del centro comercial de Once fuimos muy respetuosos con las normas, y cumplimos con tener cerrados nuestros locales. Pero ya no se puede aguantar más”, sostuvo la presidenta de la Cámara de Comerciantes Mayoristas e Industriales (Cadmira) Carolina Magariños.
Los comerciantes aseguraron este viernes que van a seguir abriendo sus locales, a pesar de la prohibición oficial para hacerlo. Así lo expresó Magariños.
El Gobierno porteño dispuso que desde la semana los comercios minoristas de cercanía en avenidas porteñas no esenciales, retomaran la actividad tras permanecer cerrados por la cuarentena. Pero quedaron excluidos los locales cercanos a los centros de trasbordo de Liniers, Retiro, Constitución, Once y avenida Avellaneda, por la elevada circulación de personas.
Magariños aclaró que “hay diálogo permanente con el Gobierno porteño para poder seguir trabajando. Las pymes necesitamos mantenernos en pie”.
Según comentó, la diferencia con el Gobierno de la Ciudad es que “ellos dicen que este barrio es un lugar de trasbordo, y nosotros sostenemos que es un centro comercial de cercanía”.
“Toda la zona de Once que está con los locales cerrados, está llena de manteros, que están comercializando libremente. Entonces, que los inspectores vengan y clausuren los locales, pero dejen que opere tranquilamente la venta ilegal callejera, es algo que indigna”, enfatizó la directiva, en declaraciones radiales.
En este marco, Magariños afirmó que tal como sucedió durante el miércoles y el jueves, este viernes los comerciantes de Once, “en su mayoría”, volvieron a abrir sus puertas.
Aunque es cierto que resulta indignante tolerar a los manteros ofreciendo libremente mercadería que en muchos casos los comercios obligados a permanecer cerrados es la misma, lo que pudimos observar en varios noticieros de televisión, fue que ninguno de los transeúntes que las cámaras enfocaban, se detenía ante los manteros. Tal vez fuera mera casualidad.