El escenario que nos dejará la pandemia Covid-19, manifiesta la urgencia con la que debemos abordar los cambios que vienen y nos deja como enseñanza que necesitamos hacerlos de manera conjunta y solidaria entre todos los que forman parte del mundo del trabajo: el Estado, los empleadores, los gremios y los trabajadores.
Es necesario construir un equilibrio entre lo que impone y va marcando el escenario futuro no sólo a partir de la necesaria participación de todos sino también con el acuerdo de que el foco debe ser la inclusión.
En este marco, entre las cuestiones que nos va dejando como enseñanza esta crisis que atraviesa el mundo entero, se pone de manifiesto la importancia de no postergar debates necesarios en el mundo del trabajo. Y Entender el rol clave que tienen la previsibilidad y la mirada a largo plazo de las políticas de empleo.
La necesidad de adaptarnos al nuevo escenario, generó que muchas actividades adoptaran rápidamente la forma remota, una modalidad que el mundo ya nos iba marcando como una realidad impostergable, no sólo productivamente sino también porque equilibraba la vida de los trabajadores, fundamentalmente de las trabajadoras siendo que sobre ellas recaen mayoritariamente las tareas de cuidado.
Por otra parte, la pandemia impuso un cambio en donde ya no puede discutirse la centralidad que adquiere la seguridad e higiene en el ámbito del trabajo, no sólo para prevenir accidentes, sino lo importante que ha sido también para mantener abiertas las actividades productivas. Hoy, cuidarnos, implica necesariamente el cumplimiento estricto de protocolos de seguridad e higiene.
Desde que arrancó la pandemia, en la Ciudad realizamos inspecciones y capacitaciones para resguardar la salud y la seguridad de los trabajadores de los distintos sectores; también preservando a los vecinos y vecinas que motorizan cada uno de ellos.
Asimismo, se volvió fundamental la necesidad de ahondar en políticas de detección y prevención de violencia, en un contexto donde las mujeres son las más afectadas. Entendiendo que los casos de violencia laboral, vienen en ascenso, colocamos a disposición de las trabajadoras y los trabajadores canales virtuales de atención a través de la Oficina de Asesoramiento sobre Violencia en el Trabajo, servicio que además sumamos al chat de la Ciudad, Boti, para estar más cerca, asesorar y brindar acompañamiento ante una situación de acoso psicológico/moral, agresión física y/o sexual.
También demostramos que sostener los entornos de capacitación en todos los órdenes es generar herramientas de inclusión no sólo para aquellos que se encuentran afuera del mercado laboral, sino también para sostener a los que forman parte. De esta manera, apuntamos a mejorar las condiciones de empleabilidad de los trabajadores a través de la Ley de Prácticas de Formación para el Empleo. Cuyo objetivo es dotar a grupos vulnerables de herramientas para adaptarse al mercado laboral.
Cada uno de las partes que componen el mundo del trabajo: el Estado, los empleadores, los gremios y los trabajadores, deberíamos poder reflexionar en este contexto tan adverso, respecto de las discusiones que aún hoy debemos dar con seriedad para adelantarnos a los cambios que aún se encuentran latentes y a las necesidades que son urgentes.
Como parte de ese trabajo, necesitamos construir políticas que no sólo nos permitan sostener el empleo, sino también sentar bases sólidas que nos preparen para el mayor de los desafíos de cara a lo que viene: reconstruir la matriz de producción y empleo.
Ezequiel Jarvis, Subsecretario de Trabajo, Industria y Comercio de la Ciudad de Buenos Aires