El Ministro de Justicia y Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, encabezó el acto por el tercer aniversario de la Sección K9 de la Policía de la Ciudad y el homenaje a los perros que participaron de la guerra de Malvinas.
Al acto, realizado en la sede de esa sección, en Villa Soldati, asistieron también el Jefe y Subjefe de la Policía de la Ciudad, Gabriel Berard y Oscar Cejas, respectivamente, el Jefe del Departamento Fuerzas Especiales, comisario inspector Guillermo Vassallo, los Subsecretarios de Seguridad Comunal e Investigación Criminal, Aníbal Falivene, y de Seguridad Ciudadana, Juan Pablo Sassano y vecinos del predio que se acercaron a la celebración.
“Para mí es un honor y un orgullo cuando los vecinos acompañan y comparten eventos de estas características con la policía. Tenemos bien claro que la responsabilidad de la seguridad es nuestra, pero también sabemos que la construimos y hacemos entre todos, por eso que estén hoy acompañando a la policía, a mí me llena de orgullo, porque quiere decir que estamos por el buen camino”, sostuvo D’Alessandro.
Y agregó: “Esta es la policía que queremos, una policía de cara al vecino. Esto nos permite no interpretar qué es lo que quieren y necesitan, sino dialogar con ellos, compartir con ellos y así actuar en consecuencia”.
El ministro recordó los comienzos de esta sección, tres años atrás, y a “Mambo, el primer perro de esta unidad”.
“Esto no se formó de casualidad, lo hicieron ustedes. Cada hombre y mujer que integra esta unidad hizo que hoy estemos acá, que esta unidad tenga el prestigio que tiene, este intercambio de experiencia con otras fuerzas que quieren aprender de nosotros, eso lo hicieron ustedes. Y no pasa desapercibido, muestra compromiso y el profesionalismo, por eso un profundo gracias”, resaltó D’Alessandro.
La sección K9 integra la División Operaciones Especiales Metropolitana (DOEM), dependiente del Departamento Fuerzas Especiales de la Policía de la Ciudad, fue creada el 20 de septiembre de 2018 y hoy tiene diez perros: nueve Pastor Belga Malinois, entrenados principalmente para intervenciones tácticas muy específicas y de alto riesgo, puntualmente para lograr la reducción y detección de una persona armada sin generar heridas, y un Dogo Argentino, capacitado especialmente para el patrullaje preventivo.
Berard, por su parte, agradeció la iniciativa del Superintendente Javier Zaracho y del comisario inspector Vassallo en la creación del K9.
“Ellos me plantearon no sólo la necesidad del servicio del perro policía que todos conocemos y tanto queremos, sino de una especialidad como es el K9, un perro táctico. Para llegar a este nivel de entrenamiento y de servicio que brindan estos animalitos, hay que ser realmente profesional y ellos me convencieron. Fuimos con la propuesta al Ministerio y del Ministerio nunca recibimos un no. Siempre recibimos el ¿a ver contame? y ahí empieza todo este camino que ahí lo veo y me llena de orgullo y satisfacción”, sostuvo el jefe de la fuerza.
En tanto, Vassallo resaltó que el predio “para Fuerzas Especiales y K9 es único en la región” y anunció que en pocos días “se va a dar el primer curso de K9 operador táctico a nivel latinoamericano, lo cual nos llena de orgullo, ya que están anotados personal de nuestra Policía, policías provinciales, fuerzas federales y hay solicitudes de vacantes de Brasil, Paraguay, Bolivia y Ecuador”.
Vassallo, además de celebrar el tercer aniversario de la sección, también hizo un homenaje a los 18 perros que participaron de la gesta de Malvinas.
El Jefe de Fuerzas Especiales reflotó las historias de Negro y Vogel, que cayeron en el campo de batalla, y de Xuavia, la pastora alemana que se metió entre el bombardeo, dándosela por perdida, pero apareció al día siguiente con un soldado, al que cubrió salvándole la vida.
Vassallo, también narró la historia de Mortero, el perro que fue a Malvinas porque se subió a los camiones de las tropas con las que también fue prisionero. El comisario inspector rememoró que “en su viaje de regreso al continente en la bodega de un barco británico, Mortero escapó de su encierro, entró al camarote del capitán y le orinó la alfombra. El alto oficial ordenó tirar al perro por la borda, pero sus compañeros formaron una cadena y lo salvaron. Mortero murió de viejo en 1993”.