Las 15 Comunas coordinan tareas de limpieza con hidrolavado, retiro de objetos en desuso y pintura para las fachadas de viviendas y comercios vandalizados.
En la Ciudad de Buenos Aires ante la necesidad de dar algún tipo de solución frente a situaciones de deterioro de las fachadas, surgió un servicio de recuperación de frentes vandalizados.
“No miramos para otro lado cuando el frente de la casa de un vecino aparece vandalizado. Queremos una ciudad limpia y, por eso, cuidamos y embellecemos no sólo el espacio público, que es de todos, sino también la vivienda de cada uno de los vecinos”, destacó Felipe Miguel, Jefe de Gabinete de la Ciudad. Además, remarcó: “Es nuestra responsabilidad trabajar en su mantenimiento, porque ni las paredes ni los frentes de las casas o instituciones son para dejar mensajes políticos, grafitis, ni publicidades”.
Respecto al servicio que permite recuperar los frentes, la Secretaria de Atención Ciudadana y Gestión Comunal de la Ciudad, Julia Domeniconi, detalló: “Con nuestra área de Resoluciones Urbanas y junto a las comunas atendemos estas situaciones imprevistas que tienen que ver con hechos vandálicos y que afectan a los frentes de casas e instituciones de bien público”. Y agregó: “Para los vecinos es sumamente importante poder recuperar el frente de su casa y para la Ciudad también, porque ponemos en valor el esfuerzo que cada vecino hace por mantener su hogar”.
En menos de un año, desde la puesta en marcha del servicio en septiembre pasado, “la Ciudad ejecutó 8.020 intervenciones de mejora, reparación y mantenimiento en la totalidad de los barrios de las 15 comunas porteñas”, remarcó la Secretaria.
Los vecinos pueden solicitar este servicio a través de la línea 147, así como las comunas también pueden actuar de oficio para dar solución a los daños registrados en el espacio público. “El objetivo es evitar el deterioro de nuestros barrios y seguir contribuyendo a su embellecimiento día tras día”, señala Domeniconi.
La gestión colaborativa abarca tres tipos de prestaciones: el pintado de frentes vandalizados, el hidrolavado y limpieza de los muros (en los casos de estructuras de mármol, piedra o ladrillo), y el retiro de objetos en desuso o la remoción de salientes en veredas.
Dentro de esto último están incluidos el retiro de mobiliario urbano obsoleto, abandonado o que implique un obstáculo para el normal desarrollo de actividades y el que suponga un riesgo a la circulación y el que afecte al confort. Se incluyen, en este caso, la remoción de cables colgando o anclajes, el mobiliario urbano roto, elementos que hayan perdido su funcionalidad o que representen un obstáculo, cartelería o señalética obsoleta y escombros de todo tipo.
Entre estos elementos figura la retirada de postes de piedra, buzones rojos, estructuras de cemento, pilares de concreto de mediana altura, caños, pernos, tornillos y, entre otros, bolardos. También pueden solicitarse mejoras en veredas referentes a intervenciones de cierres provisorios.