Con el comienzo de la poda de rosales en los parques 3 de Febrero y Chacabuco, los vecinos y vecinas podrán obtener sus gajos a lo largo de esta semana acercándose en los días y horarios indicados y recibir asesoramiento acerca de los cuidados necesarios para el correcto crecimiento de la planta.
Los rosedales porteños son lugares naturales emblemáticos dentro del paisaje urbano y constituyen un testimonio vivo de la pasión por la jardinería en la Ciudad de Buenos Aires. Con el comienzo de la poda de los rosales, todos los vecinos podrán obtener a lo largo de esta semana sus gajos o esquejes para poder plantarlos en sus casas y recibir asesoramiento sobre el cuidado de la planta.
La entrega de retoños tendrá lugar en el rosedal de Palermo, dentro del Parque 3 de Febrero, del 18 al 21 de julio, de 13 a 17 horas. En el rosedal de Parque Chacabuco, los tallos se podrán recoger el martes 18, de 10 a 14 horas, y el miércoles 19, de 14 a 18. La actividad se reprograma en caso de producirse lluvias.
“Celebramos la iniciativa de las Comunas, el año pasado más de 15.000 mil personas participaron en la actividad y se pudieron llevar un pedacito del rosedal a sus casas”, destacó Julia Domeniconi, Secretaria de Atención Ciudadana y Gestión Comunal del Gobierno porteño. “Junto a las comunas trabajamos codo a codo en el mantenimiento de los espacios verdes, aportando cada día nuevos ejemplares de especies arbóreas, arbustivas y florales para que nuestros vecinos puedan disfrutar de todos los beneficios que aportan las plantas al medio ambiente”, resaltó Domeniconi.
“Hoy la poda del rosedal ya se transformó en una tradición para los vecinos. Lo más importante a destacar es cómo antes todo esto se consideraba “basura” y hoy los vecinos pueden adoptar un lugar tan emblemático de la Ciudad como propio y llevarse un pedacito del rosedal a sus casas”, resalta Martín Cantera, presidente de la Comuna 14.
La actividad se realiza principalmente en invierno, cuando las rosas están en su periodo de dormancia. El trabajo experto de los jardineros promueve un crecimiento saludable, una mejor floración y ayuda a prevenir enfermedades, ofreciendo a los rosedales una mejor circulación de aire y luz.
El Rosedal de Palermo es uno de los principales atractivos turísticos de la Ciudad. Su historia se remonta al año 1914, cuando se decidió establecer en este emplazamiento un jardín de rosas. Bajo la supervisión del paisajista argentino Carlos Thays, el agrónomo Benito Carrasco planificó cuidadosamente el trazado de los senderos, las zonas de descanso y los jardines. El objetivo principal era crear un lugar armonioso donde se pudieran apreciar y cultivar diversas especies de rosas.
El concurrido espacio verde ha sido escenario de diversos eventos y festivales, como la Fiesta Nacional de la Flor y la Exposición de Jardines en Flor. En 2011, el área fue declarada Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires por la Legislatura porteña y al año siguiente recibió la distinción internacional Garden Excellence Award, un reconocimiento otorgado por la Federación Mundial de las Sociedades de Rosas (WFRS). Además, cuenta con monumentos y esculturas destacadas, como el Puente Blanco, el Monumento a Delmira Agustini, el Jardín de los Poetas y el Patio Andaluz.
A lo largo de sus 3,4 hectáreas, el jardín cuenta con 93 especies distintas de rosales que florecen cada año entre los meses de septiembre y noviembre, brindando un colorido espectáculo con sus más de 18.000 flores de diferentes variedades y convirtiéndose en un lugar de paseo y recreación muy popular de la ciudad tanto para vecinos como para turistas.
Cuatro variedades para descubrir en los bosques de Palermo
La amplia variedad de especies cultivadas en el Rosedal de Palermo permite apreciar un abanico de colores, formas y fragancias mientras se recorren los senderos del emblemático jardín.
Conocida con el nombre de Graham Thomas, una variedad de color amarillo destaca entre las rosas más conocidas de origen inglés. Se trata de una especie arbustiva que crece en forma de ramillete y es poseedora de una fragancia dulce e intensa.
Entre las que adquieren el color blanco, las denominadas Iceberg, de origen alemán, destacan por su resistencia y continua floración. La llamada McCartney Rose figura entre las principales especies del jardín palermitano. Bautizada en honor al integrante de los Beatles, Paul McCartney, es cultivada por la casa de horticultura francesa Meilland, que destaca entre los principales obtentores de Rosas del mundo.
Con su tonalidad rojiza, la especie Valentina Casucci es otra de las protagonistas dentro del rosedal. Esta especie híbrida de té en la que solo nace una flor por rama resalta por su perfume con notas de anís y frutos del bosque.