Hace al menos dos décadas que en el entorno del parque hay incidentes y polémicas entre vecinos, ciclistas y automovilistas. El proyecto de un vecino y una historia de demoras.
El martes fue un día feliz para Nicolás McCrank. Dice que estaba en la oficina de su trabajo cuando, por la mañana, su teléfono sufrió un aluvión de mensajes y llamadas. Eran tantos que tuvo que atenderlos, pero todos trataban de lo mismo: las felicitaciones por la concreción de su proyecto de tantos años y el aliento para que hasta allí se dirija. Le pedían, en realidad, que vaya hasta la pista de ciclismo del Parque Sarmiento que, tras siete años y por iniciativa suya, se inauguró sin avisos ni ceremonias, pero que todos los vecinos de Saavedra y Villa Urquiza celebran.
McCrank es analista de datos y se dedica al comercio electrónico. Vive en San Cristóbal y es, además, padre y ciclista de raza, empecinado. Desde hace ocho años entrena en Parque Sarmiento, a más de trece kilómetros de su casa. Al poco tiempo de haber comenzado a entrenar allí, llevó la solución al problema por el cual todos se quejaban: una pista de ciclismo profesional dentro del parque para evitar, así, que los ciclistas circulen por las inmediaciones, lo cual generó accidentes y peleas entre ciclistas, automovilistas, peatones y vecinos.
A las 10 de la mañana del martes, cuando su teléfono comenzó a tildarse de tantos mensajes recibidos y de algunas llamadas que pudo atender y otras que no, le pidió a su jefe si podía salir de la oficina para ir a su casa, buscar su bicicleta de ruta y con ella ir hasta el Parque Sarmiento a estrenar la pista pedaleando con amigos y con todos los otros ciclistas que se acercaron para celebrar haber conseguido algo importante luego de mucho tiempo.
“Yo no sabía nada. Mi celular comenzó a explotar de mensajes y fotos y videos de ciclistas andando en la pista. No hubo ningún aviso previo, nadie sabía, únicamente quienes pasaban por allí. La inauguración es un alivio para todos, porque todos tenemos un amigo o un conocido ciclista que alguna vez se accidentó”, dice McCrank.
En abril de 2017, McCrank presentó, en el marco del programa BA Elige (una iniciativa de participación ciudadana, mediante el cual vecinos proponían proyectos de infraestructura y otras índoles al Gobierno de la Ciudad para su consideración), un proyecto de construcción de una pista de ciclismo en el contorno interior del Parque Sarmiento. No sólo su proyecto fue votado en la comuna 12 (Coghlan, Saavedra, Villa Pueyrredón y Villa Urquiza), sino por vecinos de otras comunas, y así su propuesta fue la cuarta más votada del programa.
Toda clase de obstáculos surgieron en la concreción del proyecto: falta de presupuesto del programa BA Elige, el traspaso de la responsabilidad de la construcción hacia la Secretaría de Deportes porteña, que tenía su prioridad en la infraestructura de los Juegos Olímpicos Juveniles de 2018; luego el cambio de gestión a finales de 2019, luego la pandemia. Mientras tanto, innumerables conflictos entre vecinos de la zona y los ciclistas eran moneda corriente. También hubo accidentes que, en algunos casos, implicaron muertes y lesiones graves.
Que los autos y los micros estacionaban en lugares indebidos o circulaban a alta velocidad, que los ciclistas circulaban imprudentemente, que los peatones cruzaban mal. Durante seis años, las responsabilidades fueron muchas y la solución definitiva no se concretaba. En 2023, parecía que todo alcanzaría un buen cauce para los aproximadamente 1.200 ciclistas diarios que suelen entrenar y pedalear en la zona: la pista de ciclismo comenzó a construirse y tenía fecha de inauguración para el 10 de noviembre.
Extensión de 3.2 kilómetros y un ancho de seis metros, con un carril para cada sentido, señalética, luminaria y dos puentes que evitan cualquier cruce con peatones y automóviles conformaban el plano de una pista de ciclismo modelo que superaría a la única que, hasta ese momento, había en la Ciudad, el Circuito KDT del Parque Manuel Belgrano, en Palermo, de poco más de un kilómetro de extensión.
El 10 de noviembre del año pasado, sin embargo, no se inauguró. Demoras en la finalización de algunos detalles de señalética y de vallas de contención fueron la primera de las razones por las cuales no se pudo abrir al público. Con la llegada del verano, la colonia de vacaciones para los pequeños supuso que, por ejemplo, algunos micros escolares estacionaron sobre el pavimento de la pista que estaba prácticamente lista para su inauguración.
El domingo, vecinos de Saavedra se congregaron en las afueras del parque, sobre la avenida Crisólogo Larralde, para protestar contra la presencia de pelotones de ciclistas. Cada vez que el semáforo de Larralde y Ceretti marcaba el rojo, los vecinos ocupaban la senda peatonal para exhibir pancartas: “¡Las calles del barrio no son una pista!”, “¡Todos respetamos las normas de tránsito!”.
El presidente de la asociación barrial de vecinos de Saavedra, Alberto Rodríguez, declaró: “Buscamos cortar acá y visibilizar este problema. Los ciclistas son gente macanuda cuando hablás de uno a uno, pero te metiste en un pelotón y te dicen que no pueden frenar en las esquinas, por más que el semáforo esté en rojo. Si no podés frenar, no podés estar acá”.
La que parece al fin la solución llegó el martes, cuando la pista se abrió al público. Para ingresar, a cada ciclista se le cobró una tasa de $ 530 que, según trascendió, responde a la conformación de un presupuesto para el mantenimiento. Por el momento, el uso está autorizado desde las 9 hasta las 19, ya que aún quedan trabajos de iluminación por concluir.
“La pista quedó muy buena y muy desafiante: tiene curvas, subidas, repechos, bajadas y rectas. Los ciclistas deberemos estar muy atentos y usar todas nuestras habilidades para poder sortear todo eso. Ahora sólo quedan detalles para acomodar y que todo quede al 100%. Ahora queda disfrutar de poder entrenar seguros y que también los vecinos lo estén”, culminó McCrank.